Me siento muy afortunada de haber conocido a alguien como
tú, y por eso me resulta difícil decir adiós. Las despedidas son para aquellos
que aman con los ojos, porque para los que amamos con el alma y el corazón no
existe la despedida.
Bueno compañero y amigo, quiero darte las gracias por todo
lo que me has enseñado y por haberme hecho el trabajo más fácil con tus bromas
y tu generosidad. Ha sido un placer trabajar contigo. En definitiva, espero que
me recuerdes y sonrías. Vamos a guardar los buenos momentos, y ten por seguro
que seguiremos viéndonos.
Después de ver cómo te quieren todos los compañeros de
WK me quedo muy tranquila pensando que hace 27 años no me equivoque. Te
echaremos de menos, un abrazo muy fuerte.