Te voy a echar de menos, Emilio. En este continuo vaivén tú
siempre has sido lo constante, lo permanente, la seguridad de que aunque todo
ha cambiado todo sigue igual.
Te doy las gracias por haber apostado por mí hace años.
Gracias por tu confianza y todo lo que aprendí contigo.
Te deseo lo mejor en tu vida, que sea muy larga y
fructífera, tú tienes todavía mucho que ofrecer.
Un abrazo.